Según una investigación realizada por la American Heart Association (AHA) la supervivencia por paro cardiaco en la calle se duplica cuando un transeúnte interviene para aplicar un desfibrilador externo automático (DEA) antes de que lleguen los servicios médicos.
De acuerdo con los investigadores de los 350 mil infartos que se producen en Estados Unidos cada año, más de 100 mil ocurren fuera del hogar. Y de esos, menos de la mitad (45.7 por ciento) obtiene la ayuda inmediata que necesita antes que llegue la ambulancia.
Para el trabajo se analizaron 49 mil 555 paros extrahospitalarios ocurridos alrededor del mundo, principalmente Estados Unidos y Canadá y de esos se centraron en los que recibieron una descarga por parte de transeúntes que brindaron auxilio.
Al analizar sus casos, se dieron cuenta que el 66 por ciento de estas víctimas sobrevivieron al alta hospitalaria después de que se les brindara ayuda con un DEA, frente al 34 por ciento que fueron atendidos luego de varios minutos por especialistas.
Según la AHA, el uso de un DEA es el tercer paso en la cadena de supervivencia. Los dos primeros pasos son llamar a emergencias y comenzar inmediatamente una reanimación cardiopulmonar (RCP).
Aunque los especialistas aseguran que los DEA deberían estar por obligación en centros públicos de gran afluencia, como estadios de futbol, parques infantiles, oficinas y centros comerciales, son muy pocos los sitios que cuentan con ellos.