La fibrilación ventricular es la principal responsable de las muertes súbitas del adulto. La desfibrilación, “integrada en una cadena de socorro efectiva”, es su tratamiento de elección, y la probabilidad de éxito disminuye un 7-10% por cada minuto de retraso en la aplicación de la misma. Los desfibriladores externos automáticos o semiautomáticos, utilizados incluso por personal no sanitario, permiten acortar el tiempo hasta la desfibrilación y aumentar las tasas de supervivencia.
Ante esta evidencia, es lógico que el mundo de la empresa se interese por los requisitos y la forma en la que debe gestionar la posible colocación de un DEA en sus instalaciones. Además, durante los últimos años han salido al mercado diferentes modelos de dispositivos cuyas casas comerciales ofrecen también, en muchas ocasiones, la formación necesaria para su uso, pero no siempre toda la información legal necesaria para la colocación de uno de estos dispositivos.
Es importante en el momento que una empresa decide adquirir un desfibrilador automático que el equipo cumpla con los permisos necesarios en el país. Ya que en caso de sufrir un evento cardiaco y no contar con los permisos sanitarios Cofepris, dicha empresa se encontraría con un grave problema.
Si usted va adquirir un desfibrilador solicite a la empresa el permiso Cofepris.